Los viajes a Argentina ya no son algo novedoso para mì, salvo algùn cambio circunstancial las experiencias no resultan tan diferentes, el camino es el mismo, Milano-Buenos Aires-Milano, luego Ezeiza-Colòn-Ezeiza, ida y vuelta, mi casa en Vicenza, mi casa en Colòn, mis hijos que van y vienen, los amigos de aquì y los amigos de Argentina.
En este ùltimo año sin embargo el cambio estuvo en mi persona, vivì nuevas experiencias en mi vida privada y no sòlo de viajes, cambiò tambièn mi corazòn, o mejor dicho comenzò a funcionar a pleno, en sentido figurativo y real. Porque este año..... me enamorè!! Y esto tambièn es un cambio, el valor de decir lo que siento y sentirme bien.
Algunas experiencias o vivencias personales son tan profundas, tan ìntimas que se entienden sòlo despuès de mucho tiempo o nunca. Como dice un proverbio zen: "Si no lo entiendes sucederà, si lo entiendes lo mismo sucederà", sabiduria milenaria.
Cada vez que emprendo un viaje me pregunto si es sòlo para satisfacer la necesidad que tenemos todos de conocer otros lugares, o el deseo de escapar a una situaciòn o el impulso de buscar nuevas experiencias que me hagan sentir viva.
Creo que la soledad es un motivo para buscar siempre nuevos rumbos, otras quimeras, y alguna justificaciòn a esa inquietud interior.
Claro que un blog es en cierto sentido un diario personal o por lo menos lo es mi blog "Sonrisas y Làgrimas".
Por eso en este capìtulo no voy a relatar un viaje, voy a compartir con mis amigos y seguidores una vivencia distinta, un viaje diferente, a la ilusiòn, a la poesìa, a la alegrìa de volver a vivir!
En los capìtulos anteriores contaba de mi niñez, la adolescencia, la juventud, trabajos y proyectos, triunfos y fracasos de mi vida, màs làgrimas que sonrisas.
Y es como si me hubiera acostumbrado a las làgrimas y las sonrisas me asustaran.
Decìa que me enamorè y eso me cambiò fisica y mentalmente, espiritualmente, me diò un nuevo impulso pero tambièn me conmocionò profundamente, me habìa acostumbrado a estar sola, habìan pasado mucho tiempo desde mi viudez.
Ya no esperaba un nuevo amor, no querìa perder mi libertad. Asì estaba bien.
La primera reacciòn fue de asombro, luego de indignaciòn, de rabia, contra mì, contra Dios, le reprochè por la larga espera y este desajuste en el tiempo. Ahora no queria y aparecia, cuando esperaba no sucedia nada. Quièn tenìa la culpa? Nadie, porque no habia ninguna culpa. Simplemente habia sucedido, lo entendiera o no. No en mi tiempo, sino en el tiempo de Dios o del destino.
Dònde estaba el problema? En la edad? Para el amor no hay edad. En la circunstancia? Cualquier circunstancia es propicia. Acaso era un amor imposible? Imposible no porque habia sucedido, por lo tanto era posible. Entonces? Nada...era cuestiòn de aceptar las cosas asì como se presentaban, para bien o para mal. Siempre el amor es para bien. Aunque duela.
Era un verano màs, con pileta, nataciòn, baños de sol, alguna nueva amistad, con Laura, Nicola o Alice, otras renovadas como David o Felipe, lo de siempre, compartiendo lindos momentos de relax, alguna charla, algùn acontecimiento risueño, como la vez que chocamos con Nicola en el agua , cambiamos varias bofetadas imprevistas por el susto y luego nos hicimos amigos cuando nos pedimos disculpas mutuamente, habia sido un accidente deportivo sin mayores consecuencias.
Un dia yo escribì en mi Diario: "Hoy descubrì que los angeles existen, porque hoy conocì uno, se llama Marco". Habia entablado amistad con un joven que formaba parte del staff de la piscina. Me sentìa feliz como nunca, alguien me trataba de una manera especial, alguien por primera vez en mucho tiempo me hacia sentir PERSONA. Era como si me hubiese desprendido de un viejo vestido, de un hàbito debiera decir, me olvidase de Juana y comenzara a ser otra, nueva, feliz, libre, Vittoria como le gustaba llamarme, para èl y para los demàs amigos y conocidos del club. Què lindo tìtulo para el ùltimo capìtulo del blog, VITTORIA, un nombre que representa un logro importante, el de ser yo misma.
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Todo comenzò como un juego, con charlas en grupo, risas, bromas y saludos. Comencè a nadar con una nueva energìa, diez largos, luego veinte, doscientos cincuenta metros...y un dia lleguè a cuarenta piletas en una hora, batiendo mi propio rècord. Hasta los mil metros en el dia!! Cuando se lo contè a mi hija me reprendiò: "No exageres, te podès ahogar..." Como en broma le contestè: "Mejor, asì me salva el guard life que es hermoso como un àngel", " Mamà!!! Debe ser un muchacho!", exclamò Ana horrorizada.
Pronto las charlas en grupo fueron reemplazadas por diàlogos màs ìntimos, Marco y yo nos apartàbamos para compartir cada dìa algun momento de confidencias, de penas y alegrìas, de contarnos experiencias, dudas,eramos felices al encontrar tantas coincidencias en la manera de pensar, de creer, de actuar. Una vez le dije: "Marco, eres ùnico!" y èl con suma ternura me respondiò: "Tambièn tù eres ùnica Vittoria". El me hablaba de sus proyectos, de sus estudios, de su trabajo, yo de los mios. Ese tiempo que a veces eran sòlo unos minutos porque Marco estaba trabajando a mi me parecìan horas, ya nos entendìamos casi sin hablar. Los dos sentìamos y confesàbamos que esa amistad nos habia cambiado la vida.
Todo iba viento en popa, hasta que una tarde sentì que el corazòn me daba un vuelco, luego latìa furioso como si se quisiera salir por mi boca...NOOOO!!!!!! Me dije espantada, NOOOO!!!!! Esto no me puede pasar a mì! No ahora, por favor!
Estaba echada indolente en mi reposera bajo la sombrilla junto a la pileta y de pronto lo vi cerca mio, hermoso, con su cuerpo atlètico, desplazàndose agilmente a pocos metros, y sentì una emociòn nueva, olvidada, como no habia sentido tal vez nunca, o asì me pareciò en esos momentos. No podìa ser, Marco era demasiado joven para mì.
Mi primera reacciòn fue la de escapar. Sentìa que estaba jugando con fuego. Al retirarme, cuando ya era la hora de cierre de la piscina decidì dar una vuelta para no pasar a su lado, evitando asì el saludo de los dos besos en las mejillas que ya se habia hecho habitual. Inùtil. Desde el otro lado de la pileta èl me vio y abriendo sus brazos,sonriente, me gritò:" Vittoria, ciao, a domani!!!"
Para mi todo habia cambiado, ya no me sentìa tan segura, la alegria se habia transformado en miedo, en sentimiento de culpa y de verguenza.
El domingo siguiente no fui al club, por la tarde concurrì a la iglesia, ante una invitaciòn del pastor para rogar por todos los afligidos pasè al frente, me sentìa enferma, me sentìa morir. Estallè en llanto silencioso cuando algunos lìderes de la congregaciòn me impusieron las manos orando por mis necesidades y me ungieron la frente con aceite. Uno de ellos, Lorenzo, que me conoce desde hace varios años me miraba con ternura, asombro y una inmensa pena, seguramente habia comprendido cuàl era mi "enfermedad". Mal de amores. Una enfermedad tan vieja como el mundo, la misma de Adàn, cuando se convirtiò en el primer transgresor de la historia por amor a Eva.
Decidì poner fin a aquella situaciòn. Comprè un pasaje para viajar a Argentina, pondrìa distancia, tratarìa de olvidar. No era un amor imposible, tampoco prohibido pero era algo que no me convenìa, como dice S.Pablo en su epìstola a los corintios: "Todas las cosas me son lìcitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lìcitas, mas yo no me dejarè dominar de ninguna".
Dos dias antes de partir fui a la piscina como todos los dias y al salir me despedì de Marco, le dije: " El mièrcoles viajo a Buenos Aires", èl me respondiò:"Yo salgo de vacaciones este fin de semana, nos veremos
cuando regreses", "Es que regreso dentro de dos meses, habrà terminado la temporada.". Entonces sucediò...sin pensarlo demasiado ambos nos declaramos nuestro amor, lo que sentiamos el uno por el otro, el agradecimiento mutuo por el cambio, por la compañia, todo en pocos minutos, nos tomamos las manos, y nos miramos a los ojos, desapareciò toda la gente, yo le besè las manos, el apretaba fuertemente las mias hasta hacerme casi daño, entonces yo le aclarè, este amor es de amigos. Si, si... claro, dijo èl, para la amistad no hay edad. Y estaba todo dicho. Dos besos en las mejillas, otro cambio de palabras, dos besos màs. Algo habia explotado. Algo nos habia pasado...a los dos al mismo tiempo. Como en el amor. Entonces Marco me propuso seguir la amistad por Facebook, nos cambiamos nombres y apellidos completos y quedamos de acuerdo. Me retirè del club con ganas de llorar pero feliz por haber puesto punto final a una relaciòn que consideraba inconveniente.
Esa noche entrando en mi pàgina del Facebook tuve una agradable sorpresa, el primer chateo con Marco, su invitaciòn para encontrarnos en una placita vecina al club.
Una cita, despuès de tantos años de soledad, una cita casi de amor...no pude decir que no, me propuse actuar como una mujer seria y responsable, como una señora que se despide de su amigo. Aunque por dentro me sentirìa morir. Creo que un toque de aceite en la frente en ese momento no me hubiera hecho mucho, necesitaba una inmersiòn en una fuente!!
Al dia siguiente me comprè sandalias rojas, blusa nueva, me teñi el pelo de un color dorado muy claro, me maquillè con sumo cuidado, elegì las alhajas màs bonitas, y fui a la cita. El arribò puntual, acompañado de su perro, un imponente ejemplar de raza pura, tan hermoso como su amo. La placita estaba desierta, sòlo Marco y yo, nos sentamos en un banco a la sombra y allì estuvimos charlando una hora, cambiamos algunas confidencias, un abrazo muy tierno, varios besos en las mejillas, entre despedida y despedida. La promesa de comunicarnos por Facebook y de un futuro reencuentro. Entonces èl me dijo "Hoy nos hemos encontrado dos àngeles", agregando "Te recomiendo Vittoria cuando vayas a Argentina comportate bien, como una buena chica", yo le respondì: "Tu, cuidate, debes estar atento, recuerda que aùn los àngeles pueden caer". Mientras lo veia alejarse pensaba: Es un santo... Tal vez èl pensaba lo mismo de mi.
Me habia propuesto mantenerme firme, ya habia tomado mi decisiòn, seguramente Marco tambièn.
No fue fàcil, llorè mucho, me dolìa el alma, el corazòn, el cuerpo...todo. Sòlo me consolaba chatear por Facebook algunos minutos por dia con èl, mirar sus fotos y leer los Evangelios, congregarme con mis hermanos en la fe, entonar alabanzas a Dios.
Ahora espero, no sè bien què, o tal vez sì, espero la nueva temporada veraniega para ir a la Piscina y encontrarlo, en estos seis meses lo vi casualmente sòlo una vez en un shopping, antes de Navidad, cambiamos un saludo presuroso, èl estaba emocionado yo sòlo querìa escapar, me fuì llorando y hablando sola, diciendo...Dios mio, ayudame!!! Mil maripositas blancas y transparentes aleteaban en mi estòmago y subian hasta mi garganta ahogàndome.
Ahora ya no me preguntò como al principio, porquè? ni para què? Ahora sè que, entienda o no, lo que sucediò y lo que sucederà serà inevitable. Sòlo le pido a Dios tres cosas: no ofenderlo con mis sentimientos y actitudes, no hacerle daño a nadie y que nadie me haga daño a mi a travès de esta experiencia. Puede que todo quede sintetizado en lo que le confesè a mi hijo cuando le dije: "Me pasò algo terrible, a mi edad viruela, me enamorè de un joven, pero no pasa nada y Dios me ayuda".
Hoy me siento viva, llena de defectos y debilidades como vos que lees, como mis amigos, como mis seguidores, como todos. Viva, sin temores , para agradecer a Dios por el amor, porque ahora sè que el amor produce Amor, se extiende, hace crecer y evolucionar, sin miedos. Ahora puedo comprender mejor a quien ama y puedo amar sin juzgar, algo que tal vez Dios queria de mi. Antes tenia miedo, de todo, de viajar, de quedarme sola, por las noches, en lugares oscuros, frente a gente desconocida....ahora en mi vida se hizo realidad aquello de que "...el amor echa fuera el temor", no temo nada, no tengo miedo, sè que puedo amar y soy digna de amor, puedo emprender un camino que es el mismo pero yo soy diferente, me estoy encontrando a mì misma, sin màscaras inùtiles, de frente, libre para expresarme, libre para amar. Lo demàs queda en manos de Dios o del destino, como quieras entenderlo.
Me parece excelente que lo asumas de esa manera, Ma, como algo maravilloso y de lo que no tenés nada de que avergonzarte. A estas alturas, si de algo no tenemos que arrepentirnos, es del amor sincero. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias por tu comentario Carlos, me siento libre pero me hace bien contar con la comprensiòn de los que amo. Un abrazo.
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