Luego de escribir en mi blog Làgrimas y Sonrisas el capìtulo VITTORIA, a pesar de la insistencia de mis seguidores para conocer el final de la historia, quedè durante un largo tiempo sin deseos de seguir. No sè si decir que quedè bloqueada, paralizada o por el contrario pensar que despuès de esa experiencia comencè a vivir. Una de mis lectoras, Marìa Inès, me decìa en una charla online: "Aquel relato de la cita en la placita me matò", a mì tambièn le respondì..."Es que quiero saber còmo termina esto", yo tambièn, agreguè...Ja!Ja! concluìa ella.
Tengo dos opciones: aceptar aùn sin entenderlo, como dice la filosofìa Zen, un final abierto para llenarlo con una circunstancia feliz como en los cuentos de mi infancia "Y fueron felices y comieron perdices" o una conclusiòn dramàtica de làgrimas y suspiros..."Nunca màs se encontraron, cada uni siguiò su camino".
Otra amiga, Marìa Laura, hacìa un comentario que ya era un punto final: "Què hermosa historia de amor!".
Tendrìa que expresar yo misma la conclusiòn. Hoy leo nuevamente el capìtulo VITTORIA y me alegro de no sentir el deseo de lamentarme, de borrarlo, ni siquiera de juzgar el episodio como algo triste, algo decepcionante ni digno de ser olvidado. me hace feliz leerlo una y otra vez. Ahora me siento otra, o tal vez despuès de mucho tiempo me siento yo misma, como me dijo Lydia: Esa experiencia rompiò la dura caparazòn que envolvìa tu corazòn, hizo crash!, siento que puedo amar, siento mi corazòn abierto, mi alma libre, puedo volar en alas de otra hermosa historia de amor. La cita en la placita no me matò, al contrario me dio nueva vida.
Còmo terminò aquello? no sè si escribir un final para mis seguidores o dejar que cada uno imagine uno segùn su fantasìa.
Me agradarìa una conclusiòn feliz como desea mi amigo Lucas, de pasiòn incontenible que estalla fogosamente o algo màs espiritual y romàntico como cree Jeanette cuando me dice:"Ustedes se aman, nada puede impedirlo, dejemos todo en las manos de Dios".
Como dice mi sicòloga: "Y usted què piensa?".
Yo creo que las hermosas historias de amor que rompen la caparazòn de un corazòn cerrado pueden durar una hora o un siglo, tienen un propòsito divino en el destino de cada uno,dan nueva vida, nada ni nadie puede impedirlas, estàn en las manos de Dios, suceden sin que entendamos porquè, no tiene final feliz ni dramàtico, simplemente son cosas que nos suceden. Si la pudièramos definir o explicar ya no serìan historias de amor, formarìan parte de una consulta con la sicòloga o serìan un capìtulo màs de un blog personal o un diario ìntimo.
Vittoria cerrò un capìtulo de su vida, ahora puede sonreir ante una despedida o ante la prohibiciòn de estar enamorada, ante la opciòn de elegir seguir viviendo sola con un corazòn nuevo, enamorado a pesar de todo, esperando un destino feliz en la libertad, sin votos, sin juramentos inùtiles de fidelidad, con la plena convicciòn de que el amor produce Amor, fuente de vida y destino final de cada uno. Creyendo que las historias de amor nunca tiene final. Porque el Amor nunca deja de ser.
miércoles, 18 de febrero de 2015
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