jueves, 1 de abril de 2010

Otro escalón

Cierta vez le pregunté a un amigo el porqué de los errores que cometí buscando respuestas que le dieran un objetivo y una meta a mi vida, ese ir y venir, ese recorrido infructuoso en una búsqueda que a veces me parecía vana; él me contestó muy sabiamente con pocas palabras: no son equivocaciones, ni errores, son escalones que la van llevando a un resultado positivo para su vida.

Relataba en otro artículo de mi blog de aquella necesidad que me empujaba a investigar, buscando la respuesta a las preguntas que me inquietaban desde niña sobre el origen y la finalidad de la vida, de todos los seres y especialmente de mí misma. Mis primeros pasos en la iglesia católica, el catecismo en la parroquia del barrio, las visitas a los curanderos y adivinos. Con escasos y pobres resultados.

También mi madre y mi hermana andaban el mismo camino. Un dia llegó a casa una invitación para una reunión en un centro de estudios religiosos, una escuela científica cristiana. Durante un tiempo nos relacionamos con el grupo sintiéndonos felices al comprobar que era gente amable, comprensiva, dispuesta al parecer a escucharnos y con una mensaje que podia ser la respuesta que diera satisfacción a las necesidades espirituales que nos habian llevado a ellos. Sin embargo duró poco la ilusión; lo que al principio parecían ser reuniones para escuchar meditaciones filosóficas sobre la existencia de Dios, para rogar a ese ser supremo y tratar de interpretar la voluntad divina para cada uno y para la humanidad, terminó por ser una convocación a espíritus de muertos y comunicación con el más allá, simplemente se trataba de un culto espiritista.

Salimos casi corriendo, despavoridas y horrorizadas. Con un miedo que más adelante entenderíamos era un temor a nuestro Creador. Había sido un camino equivocado? o un escalón más hacia la meta? Poco después un hecho fortuito me ayudó a dar otro paso, esta vez con mejores resultados hacia la paz interior.

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